lunes, 31 de octubre de 2011

Violencia en la familia nutre a la delincuencia

Violencia en la familia nutre a la delincuencia

La Ssa alerta que ese tipo de maltrato es de las primeras causas por las que menores y mujeres ingresan a actividades ilícitas

Aurora Vega  Excelsior 31 oct 211
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de octubre.- De enero de 2007 a agosto pasado han requerido atención médica 179 mil 458 mujeres y menores de edad, los cuales padecían lesiones desde leves hasta graves por haber sido víctimas de violencia intrafamiliar, de acuerdo con información de la Secretaría de Salud (Ssa).
Análisis de la dependencia federal revelan que la violencia intrafamiliar es una de las primeras causas por las que menores y mujeres ingresan a actividades delincuenciales, incluyendo las de crimen organizado, como el narcotráfico, al ser esa situación una generadora de violencia extrema y que perdura de manera permanente en quienes la padecen.
La violencia intrafamiliar, de acuerdo con cifras de la dependencia federal, ha aumentado con respecto de 2010. El repunte en atención médica por esa causa es de 32.4 por ciento. También se ha incrementado 38 por ciento la atención sicológica para víctimas de ese tipo. En el lapso de enero de 2007 a agosto de 2011 se ha brindado ayuda para 377 mil 397 personas.
Estadísticas de la Secretaría de Salud exponen que el hombre es la principal causa de generación de violencia en la familia, contra la mujer y hacia los menores; sin embargo, recientemente han surgido con más frecuencia casos donde ellas, en el hogar, son las agresoras contra su pareja sentimental y contra sus hijos.
A su vez, los registros de la Procuraduría General de la República (PGR) dan cuenta que también la violencia de género contra mujeres y menores de edad se manifiesta en los reportes de desaparición de personas.
A la fecha, la Ciudad de México y Ciudad Juárez, Chihuahua, son las urbes donde se reportan el mayor número de denuncias por desaparición de menores y mujeres en lo que va de este sexenio.
La Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra la Mujeres y Trata de Personas recibió en 2008, 143 reportes de mujeres y niñas desaparecidas, en 2009 recibió 140 reportes; el año pasado, 250, y en lo que va de enero hasta el 15 de agosto de 2011, 63.
Violencia en Edomex
Como una muestra de esa descomposición social está el caso de Nadia Muciño, del Estado de México, quien, de acuerdo con familiares, fue asesinada por su pareja sentimental.
La madre de Nadia, Antonia Márquez, dice que ésta fue ahorcada frente a sus hijos en el baño de su casa. Los pequeños, de dos, tres y cinco años, declararon ante la PGR que vieron a su padre y a su tío colocarle a su mamá una cuerda en el cuello y asfixiarla hasta que ella no pudo moverse.
Los presuntos asesinos dejaron a los tres niños encerrados en el baño con el cuerpo de su madre hasta que uno de ellos logró abrir la puerta, para pedirle a una vecina que le regalara unos cerillos y una veladora, argumentando que su madre estaba muerta y colgada del techo, porque su padre la había matado.
Los menores relataron a las autoridades mexiquenses que su papá, Bernardo, y su tío, Isidro, habían colgado del cuello a su madre en el baño de su casa; sin embargo, ésas y otras evidencias fueron desechadas por el perito Michel Acef Sánchez —el mismo que se encargó de establecer que la niña Paulette Gebara Farah  había muerto por asfixia en su cama.
La joven madre murió en 2004, frente a sus hijos, luego de que un cable de luz, la agujeta de un zapato y una soga le fueran atadas en el cuello y le causaran muerte por asfixia. El perito Acef Sánchez, de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, determinó que fue “suicidio atípico”, relató la señora Márquez.
Confirman la versión de los menores
La Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia Contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra), que pertenece a la Procuraduría General de la República, determinó que los menores no mentían, que tenían que recibir atención sicológica por el trauma de ver morir a su madre, por ello emitió una recomendación para que la Procuraduría mexiquense tomara el caso, pero las declaraciones de los niños fueron sobreseídas por las autoridades de esa entidad.
Nadia vivía en una humilde casa del municipio de Nicolás Romero, por lo que peritos de esa entidad investigaron los hechos.
“El perito determinó que fue suicidio atípico, esa fue la primera prueba de que algo andaba mal, porque lo dijo cuando mi hija, y están las fotos, tenía el nudo en la nuca, un nudo que otros peritos dijeron que ella no pudo hacerse, y en el cuello tenía el cable de luz, una agujeta, y un lazo, le amarraron tres cosas en el cuello para matarla todo frente a los niños”, explicó la señora Antonia.
Michel Acef  fue el perito encargado de levantar de la escena del crimen el cuerpo de Nadia, pero nunca resguardó los elementos de prueba que podrían haber servido para castigar a los responsables de un homicidio que se trató de hacer pasar por suicidio, aseguró la abuela de los pequeños.
En las investigaciones, días después, los hijos de Nadia afirmaron que su padre, Bernardo López Gutiérrez, con ayuda de su hermano Isidro El Matute, fueron quienes asfixiaron a su mamá.
Ninguno de los presuntos homicidas ha podido ser castigado, porque el perito jamás resguardó los elementos de prueba que había en el cuarto, como la soga con la que Nadia fue ahorcada.
La abuela materna de los pequeños explica que “la vecina de Nadia fue la primera persona que la ve muerta, nos dijo que mis nietos —Pepe, Carlos y Fernanda— bajaron con ella (la vecina) y le piden un cerillo.
“Y la vecina se extraña y les pregunta que para qué quieren el cerillo, y mis niños le dicen que para encender una vela, porque tienen mucho miedo, porque su mamá está muerta.”
La muerte de Nadia ha significado para su familia un verdadero calvario, no sólo por el hecho de haber perdido a un ser querido, sino por el cúmulo de presuntas negligencias y actos de corrupción realizadas por elementos de la Procuraduría del Estado de México, quienes pasaron por alto evidencias técnicas para establecer las verdaderas causas de muerte, como la falta de exámenes completos en la necropsia, huellas dactilares y la investigación de hechos.
Bernardo López Gutiérrez, afirmó Antonia Márquez, es dueño de una flota de microbuses que “cubren una ruta importante” en el Estado de México, y “presta permanentemente sus vehículos a campañas y movimientos políticos del Partido Revolucionario Institucional” en esa entidad.
La madre de Nadia Antonia Márquez señala: “Quiero decirle que en el momento en que llegan a la casa a recoger el cuerpo de Nadia, lo único que hacen es recoger su cuerpo. El cable de luz que se le notaba en la parte de atrás, una punta, lo desaparecen; inclusive, omiten que existiera ese cable de luz.
“Entonces —continuó la mujer—, le quitan la soga, la dejan en el lugar, lo único que recogieron, porque llevaba en el cuello totalmente encajado, era la agujeta. Eso ella se lo llevó, pero en la necropsia nunca apareció descrito.”
Historia de maltrato
Antonia Márquez relató que su hija padeció severas golpizas desde que se unió a Bernardo López Gutiérrez.
“Podemos decir que su luna de miel duró un mes, y después vinieron las agresiones y luego fueron maltratados los niños.
“El mayor era maltratado por Bernardo, porque el niño, desde bebé, era muy chilloncito, y le pegaba para que se volviera hombre, porque decía que ‘los hombres no lloraban.’”
Además de las continuas golpizas que padecía Nadia, Bernardo ya había intentado asesinarla, aseveró la madre de la víctima:
“Él, anteriormente, ya había tratado de quitarle la vida. En esa ocasión buscó apuñalarla. Bernardo vino a pedir perdón, y dijo que se iba a portar bien y que iba a cambiar, y Nadia regresó, pero él no cambió, siguió igual, los maltratos, los golpes; no le daba dinero ni le permitía trabajar.”
De acuerdo con familiares, la pareja sentimental de Nadia cometía incesantemente actos de violencia, incluyendo la ocasión en que la desapareció para mantenerla secuestrada por varias semanas en una casa propiedad de los padres de Bernardo, para que no visitara a su familia. En esos hechos Nadia sufrió fractura de costillas; seis meses más tarde, perdió la vida por asfixia en el baño de su casa.
Ellas se han vuelto la otra cara del ilícito
La violencia intrafamiliar ha sido un padecimiento que va en aumento en México, de acuerdo con cifras de atención a víctimas de la Secretaría de Salud, situación de riesgo para que niños y mujeres ingresen a los grupos delincuenciales.
Las mexicanas entre los 15 y 44 años corren mayor peligro de ser violadas o maltrata- das en sus propios hogares que sufrir cáncer —una de las principales causas de muerte en el país—, de acuerdo con el Banco Mundial.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reflejan que en México 67 de cada cien mujeres de 15 años y más han padecido algún incidente de violencia, ya sea ejercida por su pareja, en espacios comunitarios o en los ámbitos laboral, familiar y escolar.
Cada 15 minutos una mujer es agredida, pero son pocas las que se atreven a denunciarlo por temor a su agresor y también por desconfianza hacia las autoridades.
El 17 de agosto del año pasado, se informó que el cártel de Juárez reclutaba a mujeres jóvenes para emplearlas como sicarias, informantes o distractoras.
De acuerdo con un integrante confeso de ese grupo criminal, el cártel dispone de entre 20 y 30 mujeres en sus filas, principalmente “bonitas” y de 18 a 30 años.
La otra cara de la moneda
En las redes sociales circula el video sobre una mujer que fue sometida, presuntamente por un grupo criminal, está en el suelo y es interrogada.
El video dura cerca de tres minutos. Al parecer la tortura de la detenida se hace en un lugar descampado. No hay detalles sobre la ubicación del lugar.
Con una bota en el cuello la mujer habla de su origen, cuando le pregunta a qué grupo pertenece. De fondo se oye a un hombre que grita tras recibir patadas.
La joven, a sus captores, contesta que no sabe para quién trabaja, y que ella de niña se escapó de su casa porque al quedar huérfana se fue con sus abuelos, en Guerrero, y que, como la golpeaban , se escapó a la Ciudad de México.
Infantería del crimen organizado
Estimaciones realizadas por la Red por los Derechos de la Infancia indican que de 2006 a noviembre de 2010 han sido cooptados 35 mil niños y adolescentes mexicanos por el narcotráfico.
De acuerdo con las cifras de la Red, al año ocho mil 700 menores se sumaron a las filas de los cárteles.
En cuatro años, 30 mil menores han sido utilizados por el crimen organizado para toda la línea de producción y tráfico de drogas.
En su mayoría son niños entre 13 y 17 años, pero cada vez está bajando más la edad, de reclutamiento, estima la Red.
En ciudad Juárez, Chihuahua, la edad de reclutamiento bajó en cinco años de entre 14 y 16 años a entre 12y 14 años.
Hace una década, en el resto del país, la edad de reclu- tamiento estaba entre 20 y 35 años; ahora  es entre 12 y 15 años.
Se calcula que en cuatro años (del 1 de diciembre de 2006 al 30 de octubre de 2010) murieron hasta mil 200 menores en el marco de la lucha contra el crimen. 
2011-10-31 03:26:00

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